¿Sabías que seguir una dieta mediterránea enriquecida con 30
gramos de frutos secos, al menos la mitad de ellos nueces, reduce en un 30 % el
riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares? ¿Y que añadiendo nueces a la
ensalada pierdes barriga y te sientes de mejor humor?
Añadir nueces a una dieta sana mejora el desempeño de tareas
que requieren habilidades motoras o del comportamiento en personas de edad
avanzada, debido a que mejora la conexión entre neuronas gracias a su contenido
en polifenoles y otros antioxidantes, tal y como probaron recientemente
neurocientíficos de la Universidad de Boston (EE UU).
Corazón sano.
Seguir una dieta mediterránea enriquecida con 30 gramos de
frutos secos, al menos la mitad de ellos nueces, reduce en un 30 % el riesgo de
padecer enfermedades cardiovasculares y, concretamente, disminuye en un 49 % la
posibilidad de sufrir un ictus o accidente vascular cerebral, tal y como se
desprende de una investigación española que se acaba de publicar en The New
England Journal of Medicine.
Mejor humor y menos barriga.
Según un estudio reciente de la Universidad de Barcelona
publicado en Journal of Proteome Research, las personas con síndrome metabólico
que incorporan a su dieta nueces y almendras experimentan, en un plazo de 12
semanas, un aumento importante de los niveles de serotonina. Esta sustancia que
mejora la transmisión de señales nerviosas, reduce la sensación de hambre,
disminuye la concentración de sustancias relacionadas con la inflamación,
combate la obesidad abdominal y la hipertensión, mejora la salud cardíaca y nos
pone de buen humor.
Súper antioxidante.
Por su parte, Joe Vinson y sus colegas de la Universidad de
Scraton (EE UU) han demostrado que la nuez es el fruto seco con más
antioxidantes, por encima de los cacahuetes, los pistachos o las almendras.
Para obtener beneficios visibles para la salud, Vinson recomienda comer 7
nueces al día, una dosis suficiente para reducir el riesgo de padecer diabetes,
problemas cardiovasculares y cáncer.
Contra el alzhéimer.
Un estudio dado a conocer hace poco en la revista
Neurochemical Research sugiere que el extracto de nueces (el fruto seco una vez
eliminada su fibra) tiene efectos protectores contra el estrés oxidativo y la
muerte celular que se producen en el cerebro de los enfermos de alzhéimer. Y
todo gracias a su contenido en ácido alfa-linolénico (ALA), un ácido grasos
omega-3 de origen vegetal.
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