Este producto sirve para disminuir las líneas de expresión o
“arrugas” que se nos forman debido a la contracción de los músculos de la cara.
El Botox actúa bloqueando los impulsos que se envía de la
fibra nerviosa al músculo, relajando el mismo y no dejando que se vuelva a
contraer.
La duración de este efecto es de 3 a 6 meses, por lo que la
frecuencia de aplicación es de 2 ó 3 veces al año.
El tratamiento es simple, seguro y es aplicado con una
jeringa de aguja extrafina, por lo que no se requiere anestesia. Los efectos se
ven a las 72 horas.
Entre los posibles efectos secundarios del BOTOX, pueden
darse leves hematomas o hinchazón de la zona, mismos que desaparecen en pocas
horas.
Si bien es una sustancia segura, para conseguir los efectos
citados y evitar los efectos secundarios, su aplicación se debe manejar con
mucho cuidado.
Aunque la gente crea que es un procedimiento fácil de
aplicar por cualquiera (médicos generales, médicos estéticos o cosmiatras),
este producto debería ser aplicado única y exclusivamente por cirujanos plásticos o dermatólogos certificados.
Si lo aplican personas sin el suficiente conocimiento médico
de la anatomía facial, esto puede llegar acarrear malos resultados e incluso
pueden causar parálisis de ciertos músculos de la expresión que podrían llegar
a afectar la forma y expresión de la cara.
Las zonas afectadas son la zona periocular o “patas degallo”, en la frente, el entrecejo, cuello, etc. Con el Botox estas arrugas se
suavizan drásticamente, consiguiendo una apariencia más joven y estética.
A continuación podrás ver los resultados que se obtienen
con la aplicación del BOTOX:
1.- Corrección de arrugas frontales.
2.- Corrige arrugas perioculares (patas de gallo).
3.- Eleva la cola de la ceja, lo que permite la visión de un
ojo más joven.
4.- Corrige surcos entre las cejas.
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