La braquioplastia es una cirugía plástica para tratar la flacidez y
el exceso de grasa de los brazos. Con el paso de los años o
tras haber perdido mucho peso, la piel de los brazos puede dar un aspecto de
flacidez. Cuando ésta es pronunciada no existe ningún tratamiento que sea
eficaz salvo la cirugía.
Cualquier paciente que haya sufrido cambios importantes de
peso o que por el paso de los años presente una flacidez cutánea relativamente
importante o un acúmulo de grasa localizado en la cara interna de los brazos.
En la primera consulta se le hará un examen de los brazos y
le aconsejará la mejor opción para usted. Según sus necesidades se le
recomendará extirpar piel o hacer una simple liposucción. La elección se
decidirá conjuntamente entre usted y su cirujano plástico.
Después de la cirugía, se le colocará una
venda compresiva en ambos brazos y se le administrarán analgésicos para que se
encuentre bien. Al día siguiente esa venda será substituida por una faja, que
deberá llevar durante al menos 2 semanas.
El uso de la faja de forma continuada ayuda que la
inflamación inicial vaya remitiendo poco a poco. Los primeros días se deberán
evitar ciertas actividades, como conducir o levantar grandes pesos.
La braquioplastia se puede considerar como una cirugía definitiva. Aunque el paciente aumentará de forma notable su peso durante los
años posteriores, el aspecto de los brazos permanecerá estable en el tiempo.
Así mismo, la cicatriz será cada vez menos apreciable.
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