lunes, 10 de abril de 2017

Aumento de glúteos: una intervención “de moda"

El aumento de glúteos está "de moda" según muchos medios de comunicación, que atribuyen tal circunstancia a la imitación de celebridades como Kim Kardashian, Jennifer López o Beyoncé. Estimaciones apuntan, en efecto, a un incremento de las gluteoplastias de aumento -como se denomina esta técnica quirúrgica- en torno a un 20%-30% en los últimos dos años en nuestro país.
Son mayoritariamente las mujeres quienes demandan estas intervenciones de aumento de glúteos. En el caso de los varones, los que recurren a la gluteoplastia lo hacen, sobre todo, para complementar el trabajo que realizan en el gimnasio y lograr en el glúteo una masa muscular proporcional a la del resto del cuerpo.
Sin embargo, la inmensa mayoría de las personas interesadas en esta intervención no busca conseguir glúteos muy grandes, sino que, como ocurre en todas las intervenciones que implican una remodelación del contorno corporal, pretenden unas expectativas realistas. La paciente se deja -o debería dejarse- asesorar por el cirujano plástico para que el tamaño de el glúteo mantenga la proporcionalidad adecuada con el resto del cuerpo y no se decante por unas excesivas o poco naturales.

Implantes e infiltraciones de grasa autóloga

En la gluteoplastia de aumento, son dos los procedimientos más empleados: la implantación de prótesis y la infiltración de grasa de la propia paciente o “grasa autóloga”, aunque también existe la posibilidad de combinar ambas técnicas, aunando la proyección y empuje que da el implante con el volumen y superficie que proporciona la grasa.

Respecto a la implantación de prótesis, en función del volumen que se pretenda alcanzar, se optará o bien por implantar la prótesis por encima del músculo subcutáneo, que permite obtener más volumen, o bien por su colocación debajo del mismo. Corresponde al cirujano plástico valorar entre las dos opciones, teniendo en cuenta que la literatura científica actual aboga más por la segunda, ya que de este modo el implante queda fijado en su espacio, minimizándose la posibilidad de que se desplace.

La infiltración de grasa autóloga, por su parte, consiste en realizar primero una liposucción para efectuar luego una transferencia de la grasa obtenida con ella al tejido subcutáneo del glúteo. La ventaja de esta técnica es que el efecto logrado con la infiltración de grasa en el glúteo, sumado al de la liposucción previa, potencia la forma deseada del glúteo.

Postoperatorio y recomendaciones

La intervención de aumento de glúteos no presenta gran riesgo de complicaciones, la primera semana se evitará estar sentado más de lo imprescindible. Además es importante no realizar ejercicio físico en el que participe el glúteo durante cinco o seis semanas y en los primeros quince días se recomendará al paciente que duerma también boca abajo.


Por último, se debe extremar la precaución y evitar a toda costa la infiltración de silicona líquida en los glúteos, dado que se trata de un producto no aceptado por la comunidad médica ni por ninguna asociación de Cirugía Plástica. Su uso puede entrañar un riesgo grave para la salud del paciente. Se recomienda que toda persona interesada en someterse a una gluteoplastia de aumento consulte a un profesional con la titulación oficial de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva.



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